Cuando se trata de salud sexual y reproductiva, puede ser difícil saber qué es “normal” y qué puede ser un signo de un problema de salud potencial. Incluso si te sientes avergonzada sobre ciertos problemas, tu ginecólogo/a ha visto y escuchado de todo y está ahí para ayudarte, no para juzgarte.
1. Dolor durante la menstruación
Para muchas mujeres, tener su período es un momento desagradable. Los cólicos, la sensibilidad en los senos y los dolores de cabeza son solo algunos de los síntomas menstruales más comunes. Pero para algunas mujeres, el dolor menstrual va más allá de los cólicos y puede ser increíblemente severo. Si tus períodos son muy dolorosos o han empeorado con el tiempo, puede ser un signo de endometriosis o fibromas uterinos. Si estás experimentando síntomas menstruales que interrumpen tu capacidad para hacer tareas cotidianas, es importante hablarlo con tu médico. Hay varias opciones que pueden ayudar a hacer que estas condiciones sean menos severas o más manejables.
2. Olor vaginal
Si bien el olor vaginal puede ser un tema incómodo, es importante hablar con tu médico si hay un olor desagradable, o si percibes un cambio en tu olor normal. Si bien tener un olor es normal, cualquier cambio o mal olor puede ser un signo de crecimiento bacteriano excesivo o infección vaginal.
3. Hinchazón, bultos o crecimientos en las zonas íntimas
Notar un crecimiento en tu vagina o alrededor de tus labios vaginales puede parecer preocupante. ¿Es un vello encarnado, un grano, un corte por afeitar o posiblemente algo más preocupante? Los bultos suelen ser benignos, pero es importante que tu médico realice un examen cuando sientas algo. Las verrugas genitales pueden ser visibles durante algún tiempo, pero las lesiones por herpes pueden sanar en siete a 14 días, por lo que es importante ser visto cuando se produce el brote.
4. Malestar sexual
Es muy importante hablar con tu médico sobre el malestar sexual. Es posible que te sientas incómoda al mencionarlo, pero tu ginecólogo puede ayudar a explicar y tratar tus preocupaciones.
- Sequedad vaginal: Muchas mujeres experimentan sequedad vaginal durante las relaciones sexuales. La sequedad a menudo puede depender de la edad de la mujer y de los factores mitigadores en su vida. Si una mujer más joven tiene este problema y ha estado usando anticonceptivos durante mucho tiempo, puede que no haya suficiente estrógeno presente, y puede necesitar cambiar su anticonceptivo.
- Dolor durante el sexo: Si tienes dolor durante o después de tener relaciones sexuales, o si experimentas sangrado después del sexo, no dudes contárselo a tu médico.
5. Historial sexual
Puede ser una preocupación de las mujeres sentirse juzgadas por sus médicos frente a algunas preguntas, como cuántos compañeros sexuales han tenido, qué edad tenían cuando tuvieron relaciones sexuales por primera vez, si han tenido alguna enfermedad de transmisión sexual (ETS), o sobre la orientación sexual e identidad de género. Estos temas surgen por varias razones importantes:
Para determinar los factores de riesgo de displasia cervical e infección por VPH. Tener relaciones sexuales antes de los 18 años a veces puede hacerte más susceptible al VPH porque la unión cervical-vaginal es más pronunciada cuando eres más joven. Tener más compañeros sexuales también puede aumentar el potencial de exposición.
Algunas ETS pueden aumentar el riesgo de infertilidad, y los médicos pueden necesitar proporcionar asesoramiento apropiado si esa situación surge. Para ciertas ETS como el herpes, que son una afección de por vida, tu proveedor puede proporcionar asesoramiento sobre qué hacer si experimentas brotes u otros síntomas asociados en el futuro.
6. Incontinencia urinaria o fecal
Experimentar incontinencia urinaria o fecal puede ser muy estresante y afectar tu calidad de vida. Muchas mujeres experimentan estos síntomas después del parto, especialmente si tuvieron un bebé grande o un parto vaginal que requirió fórceps o un vacío. Cuando las mujeres entran en la menopausia, estos síntomas pueden empeorar. Dependiendo de la naturaleza de la incontinencia, puede haber opciones de tratamiento médico o quirúrgico disponibles. Al hablar con tu ginecólogo, él o ella puede determinar los protocolos de tratamiento adecuados y referirte a un especialista en trastornos del suelo pélvico si es necesario.
7. Líbido baja
Si bien tener una libido baja (o apetito sexual bajo) es más común de lo que muchas mujeres creen, es importante hablar con tu ginecólogo/a para descubrir la causa de tu preocupación. La libido a veces puede verse afectada por los medicamentos que tomas, o puede ser signo de una afección médica subyacente o un efecto secundario de una afección conocida. En estas situaciones, tu ginecólogo puede determinar qué intervenciones médicas son necesarias.
Recuerda que, a veces, tu deseo de tener relaciones sexuales puede verse afectado por cosas que están fuera de tu control, como contextos estresantes. En ese caso, considera abordar el problema con la ayuda de un profesional de la salud mental.
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