Los Aspectos Psicológicos de la Menopausia

Existen diferencias étnicas y culturales en la experiencia de la menopausia. Esto quiere decir que, tanto por particularidades biológicas como ambientales, las mujeres experimentan distintas edades de inicio y distintas intensidades en la manifestación de los síntomas de la menopausia.

Las actitudes frente a la menopausia varían de un grupo social a otro, e influyen directamente en la percepción que cada mujer tiene sobre ‘pasar por’ la menopausia. A su vez, la forma en que cada mujer percibe la menopausia, influye en la expresión de los síntomas típicos (sofocos o bochornos, problemas para dormir, sudores nocturnos, cambios en el estado de ánimo, etc.).

En algunas culturas, la menopausia y la vejez se significan de maneras más positivas que en la cultura occidental, donde ambos conceptos se han asociado, tradicionalmente, a la pérdida de la capacidad reproductiva y -erróneamente- al deterioro de la feminidad (Lock, 1993).

En culturas orientales, africanas y nativas americanas, en cambio, donde la menopausia marca una transición hacia un estado de sabiduría y ganancia de respeto para las mujeres, los síntomas menopáusicos tienden a suavizarse. Los contextos socioculturales en que la menopausia se valora positivamente, ayudan a que las mujeres puedan percibir y experimentar los síntomas de la menopausia con mayor aceptación y menor intensidad (Lock et al, 2001; Pan et al, 2013)

Un estudio de la Universidad de Pensilvania (2009) concluyó que las mujeres que tenían una actitud más negativa hacia la menopausia y percibían esta como una pérdida de juventud y feminidad eran más propensas a informar los síntomas vasomotores, como sofocos y sudores nocturnos.

Otro estudio, de la Universidad de Washington (2012) encontró que las mujeres con actitudes más positivas frente a la menopausia mostraban menos síntomas vasomotores que aquellas con actitudes más negativas.

Un tercer estudio, de la Universidad de Ciencias Médicas de Teherán (2014) encontró que las mujeres con una visión más negativa de la menopausia tenían una mayor probabilidad de informar síntomas psicológicos, como depresión y ansiedad.

Es fundamental desafiar los estereotipos y las concepciones negativas asociadas a la menopausia, para que la etapa sea aceptada y entendida por cada mujer como una oportunidad de crecimiento, aprendizaje y exploración de nuevas facetas de la feminidad.

En esta dirección, la psicoterapia cognitiva es una herramienta muy útil para enfrentar los síntomas de la menopausia. Estudios han demostrado que la psicoterapia cognitiva reduce significativamente los síntomas depresivos de la menopausia (Pérez et al, 2012) y que disminuye la frecuencia e intensidad de los sofocos, los sudores nocturnos y los síntomas del estado de ánimo (Hunter et al, 2015).

 La psicoterapia cognitiva busca resignificar la menopausia desde perspectivas más realistas y saludables, además de desarrollar estrategias para el manejo efectivo de los cambios experimentados por la paciente. Son fundamentales la transformación de patrones de pensamiento negativos, el afrontamiento de los síntomas físicos, el trabajo en la autoestima y la reflexión en torno al futuro.

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Ps. Fernando Benavides Verdugo

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